Jaime Rodas
Cocinero y diseñador en potencia. Ingeniero y procrastinador profesional.

Ingeniería de calidad

2013-05-17

Hace unos días, murió la hermana de mi mamá, tras haber batallado con cáncer cervicouterino por más de un año. La familia ahora está en proceso de revisar sus cosas para llevar a cabo todos esos procesos y requerimientos tan extraños que proceden a la muerte.

Entre lo que se encontró que mi tía me dejó, está un reloj de bolsillo antiguo, con una historia larga.

Resulta ser que este reloj lo tenía mi bisabuela desde que mi abuela tiene memoria. Esta y otras alhajas fueron el primer banco de la familia. Cada que se necesitaba dinero, se iba la bisabuela a empeñar joyas, y cada que había dinero, sacaban las alhajas del Monte de Piedad.

Desde que tengo memoria, me han hablado de este reloj, apodado entre la familia como ‘el ferrocarrilero’. Parece ser que ayudó a pagar estudios, enganches de los primeros coches de mi mamá y mi tía, y sacó de varios aprietos a mi abuela. En fin, por azares del destino, hoy lo heredé, y después de algo así como 30 años desde que alguien lo había usado, le di cuerda y funcionó.

Me puse a investigar en internet y parece ser que fue fabricado entre 1899 y 1901. Y la fregadera funciona como si lo hubieran hecho ayer. Eso es ingeniería de calidad.

Habrá sabido el relojero que lo fabricó hace más de 110 años que su obra seguiría funcionando?

Espero algún día hacer algo que me deje la esperanza de que cien años después, seguirá, ya ni siquiera funcionando sino existiendo por lo menos. A ver si así alguien piensa en mí entonces y diga que fui un ingeniero de calidad.